EL PRIMERO DE ELLOS ERA REALIZADO POR LAS CLASES POPULARES, AL AIRE LIBRE, EN HONOR A LAS DIVINIDADES AGRARIAS. POR LO GENERAL, SE SACRIFICABA UN ANIMAL Y DESPUES SE LO CONSUMÍA.
EL SEGUNDO, EL OFICIAL, SE LLEVABA A CABO EN LOS TEMPLOS Y SE REALIZABA CON LA PARTICIPACIÓN DE SACERDOTES. EN TIEMPOS IMPERIALES, ESTE CULTO INCLUÍA EL DE ADORACIÓN DEL EMPERADOR.
EL CULTO DOMÉSTICO, POR SU PARTE, ERA EL QUE SE REALIZABA EN LOS HOGARES, BAJO LA DIRECCIÓN DEL PATER FAMILIAS. EN ESTAS CEREMONIAS SE HACÍAN OFRENDAS A DIFERENTES DIVINIDADES PROTECTORAS DEL HOGAR: LOS LARES, QUE CUIDABAN LA SALUD Y LA ARMONÍA ENTRE LOS MIEMBROS DE LA FAMILIA; LOS PENATES, QUE ERAN LOS DIOSES QUE ASEGURABAN EL ABASTECIMIENTO DE LA CASA, Y LOS MANES, QUE ERAN LOS ESPÍRITUS DE LOS ANTEPASADOS.
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